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terça-feira, 24 de janeiro de 2012

La nanociencia, una inversión con mucho futuro


Laboratorio en el IMDEA Nanociencia.| J.L. Fernandez-Cuñado
Laboratorio en el IMDEA Nanociencia.| J.L. Fernandez-Cuñado
  • Podría aportar importantes soluciones a problemas tales como la escasez de energía, la cura de enfermedades, el transporte eficiente o la salud alimentaria

Mónica Luna | Madrid

El Instituto Madrileño de Estudios Avanzados en Nanociencia (IMDEA), fue creado en 2007 con el objetivo de convertirse en un centro internacional de investigación de excelencia. Se trata de una Fundación creada conjuntamente por la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Ciencia e Innovación para promover la investigación en Nanociencia y Nanotecnología y atraer talento a la Comunidad de Madrid, con el fin último de generar conocimiento y riqueza en la región. Este centro nace con el objetivo explícito de estrechar lazos entre investigación básica e industria. Su organización refleja el propósito de que buena parte de sus resultados científicos sean las soluciones que las empresas necesitan incorporar a sus productos para no perder la carrera competitiva. Rodolfo Miranda, catedrático de Física de la Materia Condensada en la UAM es el director de este centro y con quien hoy tengo la oportunidad de poder charlar.

Mónica Luna.- En los últimos años, distintas comunidades autónomas españolas han tenido iniciativas semejantes a la hora de crear institutos de investigación dedicados exclusivamente a la nanotecnología. ¿Qué particularidades aporta el IMDEA Nanociencia de la Comunidad de Madrid?


 Rodolfo Miranda (UAM-IMDEA)


Rodolfo Miranda.- Nosotros estamos explorando el aún desconocido universo de la nanoescala para descubrir nuevos fenómenos y estructuras que aporten innovaciones tecnológicas disruptivas. Y lo hacemos de modo que las empresas puedan incorporarlas a sus planes estratégicos. En España, la tecnología desarrollada por nuestra industria es, a menudo, meramente incremental y la innovación se entiende frecuentemente como una simple mejora de procesos o productos. Este tipo de “innovación” es muy necesaria, pero, por sí sola, no basta para que una empresa, una región o una nación sean sostenidamente competitivas. Para serlo, hay que producir nuevo conocimiento y transformarlo en innovaciones disruptivas que generen valor. Lo que, a su vez requiere la existencia de una cadena eficiente de Ciencia- Conocimiento-Tecnología- Aplicaciones-Productos, que resulte en productos y servicios innovadores y competitivos. Sin ciencia y sin conocimiento de excelencia la cadena no se pone en marcha o se detiene pronto.


M. L.- Es decir, buscan incorporar las necesidades estratégicas de las empresas a las líneas de investigación de sus grupos.



Sede de IMDEA Nanociencia en el Campus de Excelencia UAM+CSIC en Cantoblanco.


R. M.- Exactamente. Es esencial invertir en Ciencia y hacerlo de forma coordinada con la Industria con el fin de que ésta pueda aprovechar los resultados de la investigación básica para mantenerse en el mercado en el futuro. Uno de nuestros objetivos como Instituto es poner en marcha, junto con las empresas, la cadena Ciencia-Productos para que España, y la Comunidad de Madrid en particular, se convierta en una de las zonas más competitivas e innovadoras de Europa gracias a las oportunidades únicas que nos brinda la investigación en Nanociencia. Otro objetivo, simplemente es crear nueva ciencia internacionalmente relevante.


M. L.- ¿Podría poner un ejemplo de esta forma de trabajar con las empresas?


R. M.- Desde IMDEA Nanociencia trabajamos en la parte inicial de la cadena, generando nuevo conocimiento propio y abriendo las puertas al desarrollo de nuevas tecnologías. En estrecha colaboración con las empresas, identificamos un tema de investigación concreto de importancia estratégica para ellas y en el que la investigación básica pueda aportar soluciones, por ejemplo, desarrollar un material estructural para aviones más ligero y que tenga ciertas propiedades, como conducir la electricidad o detectar grietas. Si los resultados de nuestra investigación son positivos generarán nuevas posibilidades tecnológicas y deben ser las empresas y sus centros tecnológicos quienes transformen esas nuevas posibilidades en aplicaciones y productos o servicios altamente innovadores y competitivos. La clave está en que el proceso se haga con inteligencia y con una estrategia común a todos los agentes. Este modo de proceder mejora las posibilidades de aplicación futura de los resultados de la investigación básica, porque se trabaja en temas que están en el plan estratégico de las empresas.


M. L.- ¿Qué sectores industriales se beneficiarán en España de los adelantos nanotecnológicos?



 Grafeno crecido sobre otro sustrato.| S. Barja.


R. M.- Hay muchas empresas españolas en sectores tecnológicamente avanzados (aeronáutica, automóvil, materiales avanzados, biosensores), que saben positivamente que deben desarrollar productos con mayor contenido tecnológico para mantenerse en el mercado. Si la Nanociencia y la Nanotecnología pueden hacer que sus satélites pesen menos, que sus aviones tengan mejores propiedades estructurales, o que sus medicinas sean más selectivas, podrán mantener una posición internacionalmente competitiva. Si en nuestra labor diaria tenemos éxito, podremos contribuir a que sectores muy destacados de la Comunidad de Madrid, por ejemplo el sector aeroespacial o el biomédico, consigan importantes ventajas competitivas.


M. L.- De los proyectos de investigación en los que actualmente se está trabajando en IMDEA Nanociencia, ¿podría destacar algunos?


R. M.- Actualmente estamos dirigiendo un gran proyecto europeo encaminado a la eliminación selectiva de células cancerígenas mediante nanopartículas magnéticas. Otro proyecto importante está relacionado con la producción de células solares fabricadas con material orgánico, que sean eficientes, fiables y duraderas. Aquí también hay mucha investigación básica todavía por realizar. Gracias a nuestro trabajo pionero, tenemos, por otro lado, mucha experiencia en la producción de películas epitaxiales de grafeno, un material bidimensional con interesantes aplicaciones aeroespaciales.



 Células tumorales con nanopartículas magnéticas.| A. Villanueva


M. L.- La nanotecnología no es una disciplina por sí sola. Por el contrario, necesita del conocimiento generado por un gran conjunto de ellas. ¿Cómo aborda el IMDEA esta estrategia multidisciplinar?


R. M.- En España, tenemos la inmensa fortuna de que existen grupos de investigadores de muchísimo nivel en las áreas científicas más importantes para la Nanotecnología, como Física de la Materia Condensada, Biología Molecular, Química Orgánica o Física de Superficies. El desafío es complementar sus capacidades con talento externo y desarrollar proyectos interdisciplinares internacionalmente competitivos. Para ello necesitamos químicos, físicos, biólogos, médicos e ingenieros trabajando juntos. Si nos faltan algunos de estos especialistas los intentamos fichar de donde estén. La sociedad demanda que encuentres una solución a los problemas y no con qué disciplina encuentras esa solución.


"Mónica Luna" es investigadora en Nanociencia y Nanotecnología en elInstituto de Microelectrónica de Madrid (CNM-CSIC).
monica.luna.estevez@gmail.com


 Fonte: El Mundo